
Aquel verano habían sido asesinados de mala manera cuatro connotados escritores de cuentos de terror. El detective Johnson tenía dos líneas de investigación:
La primera era acerca de un asesino en serie que detestaba

ese género literario y eliminaba uno tras otro a quienes creaban monstruos y criaturas terribles, simplemente porque le causaban pesadillas.
La segunda era que, de alguna manera, los monstruos creados por la mente de los escritores, motivados por el calor del verano y por la orientación de los astros en la era de Acuario, se materializaban, y a c

ontinuación se rebelaban en contra de quien dirigía su destino en las hojas de papel, para así hacer de las suyas libremente, sin límites y sin libreto.
La investigación policial se suspendió definitivamente cuando se encontró el cadáver del detective Johnson completamente seco, con un par de agujeros marcados sobre su yugular.