Aquel verano habían sido asesinados de mala manera cuatro connotados escritores de cuentos de terror. El detective Johnson tenía dos líneas de investigación:
La primera era acerca de un asesino en serie que detestaba ese género literario y eliminaba uno tras otro a quienes creaban monstruos y criaturas terribles, simplemente porque le causaban pesadillas.
La segunda era que, de alguna manera, los monstruos creados por la mente de los escritores, motivados por el calor del verano y por la orientación de los astros en la era de Acuario, se materializaban, y a continuación se rebelaban en contra de quien dirigía su destino en las hojas de papel, para así hacer de las suyas libremente, sin límites y sin libreto.
La investigación policial se suspendió definitivamente cuando se encontró el cadáver del detective Johnson completamente seco, con un par de agujeros marcados sobre su yugular.
miércoles, 25 de junio de 2008
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