martes, 9 de marzo de 2010

El personaje que apestaba



El escritor lo creó para un cuento de terror abominable, pero jamás imaginó los alcances que podía llegar a tener su personaje.

Cuando quiso insertarlo en el cuento, los demás personajes amenazaron al escritor con abandonar la historia si lo incluía. Reescribió el argumento sin él para que la narración saliese al público, pensando en darle otra oportunidad más adelante.

Pero siempre que él intentaba incluirlo en un cuento, los demás personajes lo vetaban con amenazas al escritor. Tanto él como su creación empezaron a frustrase.

Muchos fracasos después, el escritor se decidió a modificar a su personaje para que se bañase con cierta frecuencia y se cambiase la ropa a diario. También lo obligó a usar agua de colonia y desodorante. Le sugirió que se afeitase y peinase, que se lavase los dientes después de cada comida. Le compró ropa a la moda y le modificaron su look en la peluquería.

Fue entonces cuando Oscar Wilde se atrevió por fin a darle a su personaje el papel de Dorian Grey en su más exitosa novela.