lunes, 3 de noviembre de 2008
Virtuoso
Nació talentoso, pero era más fuerte su vocación.
Logró cambiar el fastidioso y rutinario cri-cri de todos los grillos por un sonido melodioso y dulce, semejante al de un violín Stradivarius tocado por un virtuoso.
Decidió dar su primer concierto en el pantano junto a la centenaria y sabia Ceiba, a la que toda la selva respetaba.
Enseguida, atraídos por la impresionante belleza de su música, se juntaron libélulas, ranas, mariposas, arañas, mosquitos, nenúfares, peces…y un sapo maldito que con un acertado lengüetazo devoró al grillo.
Las Bellas Artes lamentaron el incidente, mientras el sapo eructaba satisfecho.
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