domingo, 26 de abril de 2009
Cómo hacer que tu jardín se llene de hadas y duendes en poco tiempo
Las hadas son criaturas minúsculas, tenues, y sobre todo, muy delicadas.
Su alimento favorito es el néctar de buganvilia azul, además de nutrirse con los rayos del sol de antes del medio día.
Les agradan mucho los cantos de las aves silvestres, así como los aromas y colores de las flores.
Suelen dormir dentro de las flores acampanadas, en donde se sienten protegidas de los fatales lengüetazos de los horripilantes sapos.
Siempre son discretas, y les gusta pasar desapercibidas.
Cuando se embarazan (evento de verdad extraordinario), depositan sus larvas en las flores asimétricas, por alguna extraña forma de superstición.
En cambio, los duendes son algo más grandes (pero mucho más pequeños que nosotros).
Ellos disfrutan de la naturaleza salvaje y de los ruidos del bosque.
Les gusta dormir en lugares cerrados y protegidos, como en los huecos naturales de los árboles.
No se llevan nada bien con los gatos.
Les gusta cosechar setas, que es su alimento favorito, pero comparten con sus amigas ardillas la afición por las bellotas.
Los sapos y los perros no les afectan, pues los controlan mentalmente.
Igual que las hadas, son criaturas discretas.
Así que, si queremos que estas maravillosas criaturas vengan a nuestro jardín, debemos procurar lo siguiente:
1) No es necesaria una gran extensión, pues se trata de criaturas minúsculas.
2) El jardín debe tener muchas flores, sobre todo buganvilias azules y flores acampanadas.
3) Los árboles deben ser maduros, para que tengan muchas oquedades para las madrigueras de los duendes. Ellos se encargarán de acondicionarlos.
4) Las hadas disfrutan mucho del vuelo, pero les molesta que se les atraviesen las telas de araña, porque quedan atrapadas y expuestas a los arácnidos. Esto nos lleva a problemas técnicos inusitados, por lo que debemos, a diario, eliminar todas las telarañas existentes en nuestro jardín.
Finalmente las arañas entenderán que ese territorio no les conviene, y emigrarán a lugares más propicios.
5) Si hay gatos en las cercanías, habrá que mantenerlos con las uñas limadas, para que los duendes se sientan a gusto en nuestro jardín.
6) Si fuese posible, habría que disponer de una zona húmeda, para que los duendes cultiven sus setas.
7) Es conveniente rociar una vez por semana el jardín con un baño de esencia de azalea, para que los sapos no tiren lengüetazos a las hadas.
8) Mientras menos humanos se presenten en el jardín, mejor. Bastaría un jardinero consciente –uno mismo-para no desconcertar a los maravillosos seres que ahí habitan.
9) Si ponemos bebederos para las aves, garantizaremos un fondo musical que deleita a nuestros fantásticos huéspedes.
Y así, cuando acabes tu jardín, éste se llenará de hadas y duendes. Podrás disfrutarlo ampliamente, pero no lo presumas ni lo pregones, porque los humanos arruinan todo lo bello que hay en este planeta.
Las hadas y los duendes, de verdad, acabarán apreciándote.
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