Fueron creadas por algún ente inimaginable que sabía mucho de la vida. Les enseñó sus funciones básicas y las desperdigó por el mundo.
Perciben los embarazos en las hembras humanas y penetran sus vientres. Se acomodan permanentemente en los cerebros de los niños por nacer. Unas se posicionan en la región perceptiva; otras se adueñan del control de los músculos faciales.
Empiezan a trabajar sincronizadamente antes del nacimiento de la criatura, convirtiendo toda sensación o percepción agradable en un curioso tirón muscular en la cara, que genera un gesto de boca torcida en forma de “u” o algo semejante, y a veces uno o dos hoyos pequeños en los cachetes.
Generalmente permanecen dentro de las personas toda la vida, pero se sabe de casos en que son escasas, en que desaparecen a cierta edad, y de otros en los que jamás han estado presentes, aunque estos son situaciones extraordinarias.
Estos maravillosos seres invisibles de origen desconocido son los responsables de generar, a cada momento, las agradables y reconfortantes sonrisas humanas.
Perciben los embarazos en las hembras humanas y penetran sus vientres. Se acomodan permanentemente en los cerebros de los niños por nacer. Unas se posicionan en la región perceptiva; otras se adueñan del control de los músculos faciales.
Empiezan a trabajar sincronizadamente antes del nacimiento de la criatura, convirtiendo toda sensación o percepción agradable en un curioso tirón muscular en la cara, que genera un gesto de boca torcida en forma de “u” o algo semejante, y a veces uno o dos hoyos pequeños en los cachetes.
Generalmente permanecen dentro de las personas toda la vida, pero se sabe de casos en que son escasas, en que desaparecen a cierta edad, y de otros en los que jamás han estado presentes, aunque estos son situaciones extraordinarias.
Estos maravillosos seres invisibles de origen desconocido son los responsables de generar, a cada momento, las agradables y reconfortantes sonrisas humanas.
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