viernes, 23 de enero de 2009

No fue mi culpa


Aquella agradable tarde, las Disculpas celebraban el haber logrado –una vez más- convencer a un ingenuo de que ellas eran veraces y totalmente justificadas.

Para celebrar su éxito, invitaron a sus amigos a una fiesta improvisada.

Así, no tardaron en llegar el Mínimoesfuerzo, la Mediocridad, la Faltaderesultados, la Flojera, la Indiferencia, la Desidia, el Desparpajo, la Improvisación, la Malacalidad, la Irresponsabilidad, las Ganasdenohacernada y el Dejémosloparamañana, todos dispuestos a manifestar su solidaridad con las anfitrionas.

Desde luego, no hace falta aclarar que aquella fiesta fue un desastre. Empezó tarde, las bebidas no llegaron nunca, la comida estaba mala y los músicos sonaban desafinados, pero como se les olvidó invitar a la Autocrítica, nadie percibió el desorden, y todos los invitados se fueron felices.

Las Disculpas argumentaron que las cosas que no habían salido del todo bien en la fiesta, habían sido culpa de las Circunstancias, mitológicas criaturas que no fueron invitadas y que jamás se enteraron de lo sucedido.

Como sea, esa noche las Disculpas durmieron sin el menor remordimiento: mañana sería un nuevo día.

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