viernes, 13 de febrero de 2009
Porompomponia
Porompomponia era una esfera inusitada que vivía en el mundo de las criaturas geométricas tridimensionales.
Cumplía con todos los requisitos geodésicos y trigonométricos de manera impecable. Todas sus relaciones matemáticas estaban dentro de las normas, incluyendo las relativas al intrincado número pi (3.1416), así que su futuro en el mundo de las figuras se veía de verdad prometedor. Era una criatura orgullosa de sus alcances, que cuidaba su forma y sus medidas obsesivamente todos los días.
Arcos, senos, cosenos, tangentes, cotangentes, catetos e hipotenusas la avalaban como una figura perfecta.
Pero ella tenía un pequeñísimo defecto: su superficie era ligeramente pegajosa.
Y justo cuando estaba a punto de convertirse en la estrella de un congreso de matemáticos que la postulaban para el premio de la figura geométrica del milenio, una partícula de polvo insignificante se le pegó en un costado y alteró la perfección de su equilibrio gravitacional, mientras Porompomponia botaba impecablemente en la pista del concurso ante los exigentes jueces de mundo del equilibrio físico.
Sus botes con ligera tendencia hacia un costado empezaron a traicionarla, y después de unos segundos perdió el control y se salió de la pista. Fue descalificada por hacer contacto con el piso fuera de las líneas reglamentarias.
Esa noche, la esfera perfecta murió de una sobredosis de parámetros matemáticos y de variables trigonométricas. El forense opinó en su informe que se trató de un suicidio.
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