lunes, 27 de abril de 2009
El destino de la piedra en el zapato
Ella era una pequeña piedra bien intencionada y sin ganas de molestar a nadie, que por accidente cayó dentro de un zapato.
Por más que quiso pasar desapercibida, el pie la sintió y empezó a quejarse.
Éste se despojó inmediatamente del zapato, mismo que fue zarandeado hasta que la piedra salió volando para acabar en el césped, muy lejos de la vereda en donde ella tenía sus amistades y relaciones de toda la vida.
La piedra, que jamás quiso perjudicar a nadie, hoy vive triste y aislada, semienterrada entre raíces, tréboles y lombrices que la tratan con total indiferencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
hay destinos fatales, hasta mismo para las piedras. La pobrecita...
Publicar un comentario