domingo, 26 de mayo de 2019
El supositorio mágico y sus inesperadas consecuencias
Fue concebido por un hechicero genial que tenía un poquitín de fijación anal y mucho de buena voluntad.
Su objetivo no era, desde luego, combatir el estreñimiento, ni mucho menor abatir la fiebre corporal, ni siquiera curar enfermedad alguna por penetración anal, sino simplemente hacer que la gente sintiese una presencia mágica y agradable dentro de su cuerpo, no importando la ubicación ni la vía de aplicación.
Para lograrlo, mezcló polvos de hada apasionada, esencia de ilusión de adolescente, extracto de optimismo desbordante, poción de amor desenfrenado y muchas otras cosas por el estilo, además de una buena cantidad de vaselina*.
*recordemos que los supositorios se enfrentan necesariamente a la fricción de las paredes intestinales.
Así, la fórmula mágica de aplicación anal quedó debidamente conformada.
La intención original del hechicero era tan sólo alegrar la existencia humana, pero una vez que sacó el producto al mercado, su éxito comercial fue tan grande, que en cuestión de meses pasó a formar parte de la lista de multimillonarios de Forbes, convirtiéndose así, sorprendentemente, en un avaro e indeseable empresario capitalista.
Las bondades del mágico supositorio pasaron así a segundo término.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario