Se consideraba a sí mismo el más imbécil de los dioses, pues
mientras las otras divinidades la pasaban bien en el Olimpo –fornicando,
bebiendo o celebrando-, él llevaba millones de años llevando sobre su espalda
el peso del planeta Tierra.
Además había envejecido, y lo amenazaba el mal de Parkinson.
¿Qué pasaría en la Tierra con sus inminentes temblorinas?
Por todo ello, consideró oportuno tomarse una vacaciones y
dejar la responsabilidad del peso de la Tierra a dos de sus líderes políticos
más destacados: Donald Trump y Vladimir Putin…
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