jueves, 21 de agosto de 2008

Ocho consejos para mantener contentas a nuestras musas

De acuerdo con las más recientes investigaciones hechos por los científicos del Doctorado en Musología de la Universidad de Scrutenburg, para que las musas sean de alto rendimiento, debemos considerar los siguientes puntos:

1) Llamarlas únicamente en horarios apropiados: salvo excepciones, a las musas sólo les gusta trabajar durante el día (rara vez por la noche), y lo hacen preferentemente en horas hábiles. A ellas, al anochecer, les gusta salir con sus amigas a comentar acerca de sus logros y otras muserías, mientras que algunos humanos obsesivos quieren ponerlas a trabajar a cualquier hora.

2) Darles reconocimiento: a todas las musas les gusta ser mencionadas cada vez que algo bueno se crea. Entre otras cosas, se nutren de la modestia y del agradecimiento de los escritores.

3) Cuidar su salud: las musas se enferman con frecuencia. Sus enfermedades más comunes son la infertilidad y la astricción (estreñimiento). Cuando no hacen bien la digestión, suelen repetir ideas. Es necesario permitirles que se recuperen y que dispongan de cierto tiempo de convalecencia.

4) Darles mucho afecto: a las musas les gusta el cariño y la ternura. Es contraproducente reclamarles su ausencia, su improductividad o su mala calidad. Son muy sensibles a este punto.

5) Disponer de una guardería infantil: las hijas de las musas son las ideas, que, como todos nosotros, nacen bebés. Para que una idea crezca adecuadamente y se fortalezca, debe ser bien atendida por la musa. En horas de trabajo, ellas dejan a sus hijas en guarderías especializadas.

6) Darles eventualmente vacaciones: las musas, como nosotros, necesitan esparcimiento. Si no les damos vacaciones, ellas de cualquier forma se las toman y nos dejan sin creatividad.

7) Mantenerlas adecuadamente alimentadas: a las musas les gusta mucho la miel de abeja del Himalaya, el néctar de bugambilia púrpura y el algodón de azúcar color de rosa. Debemos siempre tener estos nutrientes en nuestra alacena, pero debemos evitar que se empachen, pues algunas son demasiado golosas.

8) Serles permanentemente fieles: aunque nos desesperemos por su eventual ausencia, no debemos apelar a otras musas. Son extremadamente celosas, y pueden morir de un disgusto.

Siguiendo los anteriores consejos, nuestras ideas y creaciones se darán en tiempo y forma, y conservaremos a nuestras musas contentas de manera permanente.