viernes, 26 de marzo de 2010

El león de la sabana y el segmento de recta


Hubo una vez un segmento de recta que abandonó la pizarra para conocer un poco más del mundo tridimensional que lo rodeaba. Se alejó demasiado y se extravió fuera del aula.

Buscando y buscando a dónde ir, por cosas del impredecible y sabio destino, fue a dar a la sabana africana, siempre en busca de un aula en donde poder enseñar a los pequeños lo que implicaba ser un segmento de recta.

Fue entonces cuando se topó frente a frente con un portentoso león que estaba echado digiriendo sus alimentos.

El segmento de recta preguntó a la fiera en dónde podía encontrar un aula para poder estar en una escuela, que era en donde él realmente quería estar.

“Si supiese en dónde hay una escuela –respondió el león-, no estaría aquí esperando el descuido de una ágil gacela para devorarla. ¿Y tú, quién eres?”

“Soy un simple segmento de recta: no sirvo para nada, excepto para fines didácticos. Por eso busco una escuela”, respondió el elemento geométrico.

“¿Y eres nutritivo?”, preguntó el león.

“No, para nada. ¿Acaso no ves que soy flaco y larguirucho?”, respondió el segmento de recta. “En todo caso lo soy para los estudiantes que quieren aprender de geometría.”

“¿Y qué es realmente un segmento de recta?”, preguntó el león.

“Soy la distancia más corta entre dos puntos”, respondió el segmento. “¿Y qué es un león de la sabana?”

“Soy un poderoso y temido predador. Algunos me llaman el rey de la selva, y estoy arriba de todos en la cadena alimentaria”, contestó la fiera.

“¿Y tienes alguna función didáctica?”, preguntó el segmento de recta.

“Ninguna, más allá de enseñar a los cachorros de la manada a cazar gacelas y cebras”, respondió la fiera.

“Me simpatizas”, le dijo el segmento.

“¡Y tú a mí!,” dijo el león.

Fue así que ambas criaturas tan disímbolas encontraron ese atardecer un nuevo amigo, y establecieron una hermosa relación a largo plazo.

El segmento de recta pasaba mucho tiempo enseñando a los cachorros de la manada cuál era la distancia más corta entre dos puntos.

El león sabía de sobra que ese conocimiento ayudaría a sus cachorros a ser más efectivos a la hora de acercarse a las cebras y las gacelas.

El segmento de recta extraviado encontró ahí una vocación que le daría satisfacción para siempre en la lejana y misteriosa sabana africana.