miércoles, 30 de diciembre de 2009

Musología para principiantes

Definitivamente ya renuncié a mi musa. Hoy sé por qué me abandonó, y reconozco que hizo bien en hacerlo, pues la decepcioné enormemente.

Como soy una persona económicamente muy solvente, y sé -por experiencia propia- que las musas existen, decidí financiar una institución científica que las estudiase, que se fundase con mi dinero la nueva ciencia de la musología.

Considero importante para la humanidad -de siempre tan dependiente de las musas- que las entendamos, que conozcamos sus normas y principios, su ética, su razón de ser, su dinámica espiritual, sus porquésíes y sus porquénoes, que tanto nos favorecen y nos abruman.

Así, contraté a una decena de científicos expertos en diversas especialidades. Trabajaron con ahínco varios años y, finalmente, me entregaron su informe. Es sorprendente lo que éste contiene.

Iré publicándolo poco a poco, debidamente dosificado, para que los diletantes, y aquellos musofrustrados como yo, comprendamos la esencia de esas maravillosas criaturas que tanto deleitan a la humanidad con sus increíbles ocurrencias.

Para ello pensemos en Leonardo, en Miguel Ángel, en Mozart, en Einstein. ¿Por qué las musas los favorecieron tanto? ¿Qué tenían ellos que no tenemos nosotros? ¿Por qué las musas se estacionan favorablemente en un individuo? ¿Por qué a otros le dan nada más el sabor de la miel de la creatividad, del éxito, para luego dejarlos secos? ¿Por qué ignoran a la mayoría de los humanos?

Todo tiene su explicación, y ahora estoy en condición de divulgar el secreto de las musas. Les pido un poco de paciencia. El tema lo amerita.


¿QUÉ SABEN LOS CIENTÍFICOS DE LAS MUSAS?


¿De qué materia están hechas las musas?

Las musas son casi insustanciales. Atraviesan paredes, piel y huesos sin mayor problema. Disfrutan, en su travesía, de la baja densidad del cerebro humano, por lo que les encanta atravesarlo. Y al hacerlo suelen dejar su huella. No es tan fácil explicar cómo generan, en algunos casos, esa chispa que los humanos llamamos “inspiración”. Esto lo aclararemos más adelante.

La insustancialidad de las musas tiene una excepción, misma que descubrimos al probar su permeabilidad en distintos materiales: el talco perfumado.

Si rociamos el ambiente en que se desplazan las musas con algún talco muy fino y perfumado (de la calidad que se emplea para los bebés), éstas quedan impregnadas de él, y entonces es posible percibirlas. Nosotros usamos la técnica fotográfica de alta resolución digital sobre algunas musas ya talqueadas, y pudimos obtener una clara imagen de ellas.

¿De qué tamaño son?

Hay de varios tamaños, pero casi todas caben en la palma de una mano (humana). Pero hay que decir que la potencia inspiradora de las musas poco tiene que ver con su talla. Tenemos casos de musas del tamaño de un dedo meñique que han generado ideas estupendas. Aquella que inspiró a Bill Gates cuando generó Words, podría extenderse cómodamente en un pétalo de rosa.

MÁS SOBRE EL INFORME CIENTÍFICO DE LAS MUSAS

¿Son inmortales las musas?

Son casi inmortales. Lamentablemente sabemos de dos o tres casos de musas que murieron…de aburrimiento.

Las musas viven de su actividad, y cuando no la encuentran, sus latidos y su presión sanguínea bajan a niveles insostenibles. Su metabolismo se vuelve crítico. Por eso, las musas, cuando no encuentran un cerebro brillante, emigran. Es cuestión de supervivencia, no de desamor.

Pero después los absurdos humanos reclamamos que las musas nos abandonaron. Deberíamos concientizarnos de que nuestra mediocridad es como cicuta para ellas.


¿Cómo podemos atraer a las musas?

No hay una receta absoluta para esta pregunta, como no la hay para el amor. Los reclamos son idénticos, cuando realmente somos nosotros quienes las alejamos con nuestras actitudes.

Sabemos que a las musas les gusta el néctar de bugambilia, pero más les gusta que sus inspiraciones generen admiración, orgullo, aplausos, lágrimas sinceras de enamoradas, risas, diversión y placer intelectual. Si no logramos esto, las musas se deprimen y consideran alejarse en busca de mejores horizontes.


MUSAS HIPERACTIVAS, MUSAS CELOSAS


¿Por qué las musas van y vienen?

Cuando se alimentan de néctar de flores que no sean las bugambilias, las musas suelen portarse hiperactivas, y entonces no pueden permanecer mucho tiempo en un cerebro. Entran y salen de él a cada momento, a veces sin dejar inspiración.

Por eso es conveniente dar a las musas una dieta sana, libre de colesterol B y de azúcares de flor. Por eso se recomienda darles néctar de bugambilia, que contiene edulcorantes de bajo contenido calórico y cero contenido de grasas saturadas.

Pero ya lo dijimos antes: si queremos que las musas permanezcan tranquilas en nuestro cerebro, debemos nutrirlas de buenos resultados. Debemos presentar adecuadamente al mundo exterior lo que ellas nos inspiran.

Pero cuidado: también hay musas con claustrofobia. Con esas poco o nada podemos hacer.

¿Son celosas las musas?

Mucho. Cuando una musa radica en nuestro cerebro, lo peor que podemos hacer es coquetear con otra. Las musas celosas son peor que gitanas.

Las consecuencias de una pelea entre musas para poseer un cerebro, puede ser fatal, para ellas y para el cerebro. Y una musa despechada tarda muchos años en volver a inspirar.

Los autores de este informe recomiendan a sus lectores aferrarse a una sola musa y serle fiel hasta las últimas consecuencias.


MUSAS NOCTÁMBULAS Y MUSAS TRANSGÉNICAS


¿Tienen horario las musas?

Sí, definitivamente.

Las hay muy madrugadoras, matutinas, diurnas, vespertinas y noctámbulas. Su jornada de trabajo, de acuerdo con sus arreglos sindicales, es de un máximo de 12 horas diarias. A veces podemos negociar con ellas algunos cambios y excepciones. Pero también requieren vacaciones eventualmente.

Un error muy frecuente de la gente es tratar de explotarlas, de sacarles más jugo del que pueden dar. Ésa es otra causa frecuente de emigración de las musas.


¿Las musas están especializadas?

El modelo griego de las musas ya es obsoleto, pero hemos confirmado, analizando el genoma de algunas de ellas, que éstas son efectivamente hijas del travieso Zeus y de la diosa de la memoria Mnenósine (aquella que a veces abandona a los ancianos en manos del terrible Alzheimer, dios alemán del olvido).

Las nueve musas originales son:

Calíope (canto)
Clío (historia)
Erato (música)
Euterpe (flauta)
Melpómene (tragedia)
Polimnia (pantomima)
Talía (comedia)
Terpsícore (poesía ligera)
Urana (astronomía)

Pero después, algunas de éstas tuvieron amoríos con toda clase de seres mitológicos, y de ahí nacieron miles de musas de segunda generación con un ADN muy diversificado, que son las que hoy rondan nuestros cerebros.

Así, podemos decir que hay por ahí muchas musas con especialidades de todo tipo: la biología, la electrónica, el ajedrez, la cocina, el comercio, etc. Algunas incluso tienen doctorado en alguna rama del saber.

También hay musas eróticas, que son las que nos sugieren extrañas y creativas posiciones durante el acto de amar. Algunas de ellas han causado serias lesiones en algunos cuerpos humanos.

Y sabemos que un grupo de científicos está trabajando en la creación de musas trasgénicas, con características especialidades inimaginables. Los mantendremos informados al respecto, dadas las implicaciones de esto.


MUSAS TRAVIESAS, MUSAS SOÑADORAS



¿Qué hacen las musas cuando no están en el cerebro?

Duermen, pasean, disfrutan de sus obras, se burlan de las creaciones ajenas, buscan flores y lugares bellos, pero sobre todo, son muy aficionadas a contar chismes.


¿Hay musas perversas?

Sí, y algunas son geniales. Son capaces de generar holocaustos y de tirar rascacielos gemelos

Hay otras menos peligrosas que se conforman con hacer travesuras, algunas de mal gusto.


¿Sueñan las musas?

Cuando las musas sueñan tienen sus ideas, que luego dejan caer en nuestro cerebro. De hecho todo aquello que la humanidad crea, son sueños materializados de musas.

A veces -pocas- las musas tienen sueños geniales, como las que soñaron con el Taj Majal, con la Alhambra o con el templo de Angkor.


MUSAS GENIALES, MUSAS ESTÉRILES

¿Hay épocas o lugares privilegiados por las musas?

Sí: tenemos el caso del río Arno, en el centro de Italia. A las musas siempre les ha gustado el agua de ese río. En esa región vivieron Rafael, Tizziano, Boticelli, Leonardo y muchos otros cerebros privilegiados.

Hoy sabemos que las aguas del río Arno, que atraviesa Florencia, contienen sales de pumerilio, sustancia que tonifica a las musas.

También se concentraron las musas en Atenas, durante el siglo V antes de Cristo. Ahí estuvieron inspirando a Sócrates, Platón, Aristóteles, Fidias, Esquilo, Eurípides, Herodoto, Demóstenes, etc. También encontramos manantiales ricos en sales de pumerilio en la zona.


¿Cómo se reproducen las musas?

Las musas son todas hembras, y para reproducirse necesitan de un ser mitológico. Éstos, como sabemos, no abundan, así que muchas de las musas ya han renunciado a tener familia, lo que podría ser un desastre para la humanidad.

Por eso, nuestros científicos, además de trabajar en experimentos con musas transgénicas, están investigando conceptivos asexuales para ellas.



LAS MUSAS TRANSGÉNICAS

A pesar de que a los ecologistas les horroriza el término “transgénico”, nos vemos obligados a intervenir los genes de las musas para el bien de la humanidad.

Sabemos que las musas tienen serios problemas para reproducirse. No existen musas machos, por lo que aquellas, para procrear, deben necesariamente aparearse con seres mitológicos (sátiros, faunos, duendes, gnomos, trolls, ogros, elfos, etc.).

Lamentablemente éstos últimos han empezado a escasear (por eso decimos que son mitológicos).

El problema está en que la explosión demográfica humana es enorme, no así la de las musas. Cada generación humana que trascurre, tiene menos musas a su disposición.

En el año 2050, la generación de ideas brillantes y de creaciones artísticas de la humanidad estará colapsada según nuestros cálculos, y nos aburriremos leyendo los mismos libros que los abuelos, oyendo la misma música de siempre, haciendo el amor con las mismas posturas, etc.

Para evitar lo anterior, un grupo de avezados genetistas tiene el propósito de generar musas de alta productividad.

Las musas actuales, con las que convivimos, tienen –según nuestros cálculos- una productividad de una idea genial cada 20 años. El objetivo del proyecto es lograr musas de alto rendimiento, con un promedio de una idea genial cada tres o cuatro años.

El costo de estas investigaciones científicas es enorme, por lo que quien desee una de estas musas de tercera generación debe entender que no serán baratas en la primera emisión. Después, al vencerse la patente, seguramente los chinos sacarán al mercado musas de alta productividad y bajo costo.

Pero tengan cuidado con la mala calidad y las falsificaciones de los chinos. No nos responsabilizamos por la calidad de sus ideas y creaciones.

Otro problema que seguramente enfrentaremos es que seremos acusados por los ecologistas de que las ideas y creaciones de las musas transgénicas de alto rendimiento pueden contaminar el planeta. ¿De buenas ideas y creaciones? ¿De alta productividad intelectual? En fin, esperaremos, junto con nuestros abogados, el lanzamiento comercial de nuestros productos para enfrentar la polémica y las embestidas que nos esperan.


MANUAL PARA LA CORRECTA ADMINISTRACIÓN DE LAS MUSAS

1) Siembre en casa una bugambilia, o tenga siempre cerca un frasco de néctar de esa flor. A las musas les encanta su aroma y sus colores.

2) Sea muy cuidadoso al exponer al público sus creaciones. Una mala exposición de una buena idea puede decepcionar a la musa, y ella no tardará en abandonarnos. La mediocridad jamás será responsabilidad de la musa: esto debe quedar muy claro.

3) No les pida más de lo que pueden dar. Si necesita más capacidad de creación de la que le otorga su musa, utilice drogas.

4) No coquetee con varias musas. Dedíquese de cuerpo y alma a una sola. Ya mencionamos que son terriblemente celosas.

5) No abuse del tiempo de las musas. Ellas, cuando sueñan, tienen ideas que posteriormente nos transfieren. Déles tiempo para descansar y dormitar.

6) Si siente que la vida no le proporciona una musa apropiada para sus objetivos, puede conseguirse una musa (o muso) de carne y hueso. No le garantizarán tener ideas geniales, pero eventualmente pueden proporcionar satisfactores de otra índole.