miércoles, 2 de septiembre de 2009

La misteriosa partícula intergaláctica



Una lejanísima y enorme estrella explotó inexplicablemente, y de ella salieron irradiadas, por toda la galaxia, miles de millones de partículas subatómicas de muy diversos tipos.

Una de ellas –la de esta historia- tenía características especiales, y se dirigió directa y de manera extraña hacia el planeta Tierra.

Mucho tiempo después, atravesó sin problemas la densa atmósfera terrestre, y fue a dar directo a una biblioteca pública en el centro de Gottemburg, más precisamente al tercer estante del librero 25C del segundo piso, en donde se encontraban los libros de cuentos para niños.

Nadie percibió el impacto, pues era de noche y la biblioteca estaba cerrada. Tampoco éste fue estruendoso ni destructivo. Simplemente…cambio de manera especial los contenidos, textos y párrafos de un particular libro de cuentos que encantaba a los niños que asistían a diario a la biblioteca.

Fue así como la Caperucita Roja fue a dar –sin saber cómo- a Ciudad Gótica, enamorándose perdidamente de Batman. Éste orilló a la apasionada chiquilla a tener relaciones sexuales con él, quedando ella embarazada.

Batman fue detenido enseguida bajo el cargo de abuso sexual por la guardia real del Rey Arturo (Ciudad Gótica estaba en la jurisdicción de los Caballeros de la Mesa Redonda), y fue juzgado por la severa jueza Alicia (la que alguna vez, de niña, estuvo en el País de las Maravillas).

Batman fue condenado a pasar dos años de grumete en el barco de Simbad el marino, quien se encontraba de vacaciones en Disneylandia con su amante Heidi (pero no llevaron a la cabra, porque a Simbad no le agradaban los pelos de los artiodáctilos).

El lobo feroz (el amigo de Caperucita), mientras tanto, apareció misteriosamente en el Reino de Nunca Jamás, y se alió con Peter Pan en la lucha en contra de los Tres Mosqueteros, que se habían convertido en bandoleros y asolaban el mundo con su nueva especialidad bélica: las boleras gauchas, cuya técnica habían aprendido en la segunda Cruzada, en territorio argentino.

Alí Baba resultó ser narcotraficante, cómplice y enamorado del Príncipe Azul de Blancanieves, con quien vivía en las Bahamas. Fueron delatados por la madrastra de Cenicienta, y hoy purgan condena en la ciudad de Nueva York, junto al patito feo, acusado de haber falsificado su acta de nacimiento para pretender pasar como cisne.

Harry Potter había abandonado la magia por algo más lucrativo: se dedicaba a fabricar supositorios para gato, y entre su clientela se encontraba un minino con botas y espada.

Winnie The Pooh estaba encerrado en el zoológico de Munich desde hacía varios años, y sus amigos no lo reconocían, pues había adelgazado mucho.

Así, todos los personajes y cuentos de la Tierra, fueron misteriosamente alterados por esa extraña y traviesa partícula intergaláctica sin que nadie supiese de ella.

La Caperucita Roja, sorprendentemente y al final del libro, dio a luz a un enano gruñón que en nada se parecía a Batman (lo que puso en dificultades a la jueza Alicia, quien no sabía nada de las pruebas de ADN).

En el puño cerrado del enano recién nacido, apareció finalmente la extraña partícula que había alterado todos los cuentos de esta historia. Ésta, vista al microscopio por los científicos, mostraba una sarcástica sonrisa que nadie supo interpretar.

El Consejo Consultivo de la biblioteca de Gottemburg retiró el libro del estante para niños.