lunes, 25 de febrero de 2008

Trenante y la Razón de Ser

Cuentan los que saben de estas cosas que hace muchas eras existió una Razón de Ser muy desubicada que, siendo ya mayor de edad, aún no había encontrado su vocación ni su asignación

Es de todos sabido que las Razones de Ser siempre han sido las hijas predilectas de la Lógica Existencial, quien en todos los casos las da a luz ya asignadas (y con instrucciones bastante definidas) a cualquier ser vivo que se incorpora a la vida en cualquiera de los mundos. Gracias a ellas, casi todos sabemos cuál es nuestro papel en nuestro Universo.

La Razón de Ser de nuestra historia nació fuera de lugar, por un pequeño e inexplicable descuido de la Lógica Existencial, quien ni siquiera se percató de su nacimiento, así que -sin la orientación materna acostumbrada para sus hermanas- ella carecía, irónicamente, de una Razón de Ser.*(1)

*(1) NOTA DEL AUTOR: aunque suene extraño, todas las Razones de Ser tienen su propia Razón de Ser.

Cuando el suicidio de nuestra pequeña amiga era inminente como única opción a un terrible vacío existencial, un Viento Circunstancial*(2) la llevó a un extraño mundo en donde ocurrió un milagro.

*(2) NOTA DEL AUTOR: aunque su nombre aparentemente indique lo contrario para los humanos, los Vientos Circunstanciales no son circunstanciales, sino generados intencionalmente por las responsables Hadas Madrinas, cuando se les agotan los demás recursos para ayudar a sus seres protegidos.


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También me contaron que en el lejano reino de Xinataí, un matrimonio de dragones dorados estaba desesperado porque su hijo único -en plena adolescencia- se negaba a asumir el digno papel de los dragones: secuestrar princesas humanas y conservarlas en lugares inhóspitos fuera del alcance de los príncipes; combatir sin piedad a los caballeros medievales; asolar las poblaciones humanas con sus fauces de fuego; y conformar leyendas increíbles en las que la gente creía*(3).


*(3) NOTA DEL AUTOR: la gente humana (hay otro tipo de gente no humana) tiene enorme necesidad de creer en cosas increíbles, y es por eso que la Lógica Existencial generó a los dragones dorados (otras Lógicas han creado otras historias igualmente increíbles en las que la gente humana cree).

Trenante (Fuego Asolador, en el lenguaje de los dragones dorados) era el nombre del dragoncete de esta historia. Su rebeldía por no asumir sus legendarios legados llegaba al impertinente extremo de no querer arrojar fuego por la boca, lo cual avergonzaba mucho a sus padres ante la conservadora sociedad de los dragones dorados de Xinataí. El “qué dirán” y las “malas lenguas” dragónicas los mortificaban.

¿Qué quería el adolescente? Los padres sufrían aquella incertidumbre, pero ni el mismo Trenante parecía saber cuál era su papel en este Universo.


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Una mañana, mientras Trenante pastaba de mala gana flores de Batakita*(4) en el campo, un Viento Circunstancial arrojó casualmente (¿sería de verdad casualmente?) a nuestra Razón de Ser


*(4) NOTA DEL AUTOR: el secreto de porqué los dragones arrojan fuego por la boca está precisamente en el tipo de alimentos que consumen. Según las tradiciones de los dragones dorados de Xinataí, las flores de Batakita estimulan las glándulas pirotuarias y así se fortalece la potencia incendiaria en los dragones adolescentes.


Él (Trenante) estaba aquella mañana de muy mal humor. Ella (nuestra Razón de Ser) estaba
completamente desconcertada. Coincidieron justo delante de un pétalo de Batakita. Se vieron el uno a la otra, y por obra y gracia del Destino, simpatizaron. Un golpe de vocación (por parte de ella) y un golpe de mal aliento (por parte de él)*(5) sellaron una amistad eterna y la alegría de dos criaturas extraordinarias.

*(5) NOTA DEL AUTOR: todos hemos sabido desde siempre del pésimo aliento que tienen los dragones. Sin embargo, en determinadas circunstancias muy circunstanciales, el mal aliento de los dragones es un potente coadyuvante de cosas inimaginables.


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La profunda identificación que surgió en cuestión de segundos entre Trenante y su*(6) Razón de Ser, llegó en pocos minutos a una apertura total. Jamás él había encontrado a una interlocutora tan confiable, ni ella a un ser tan dispuesto a asumirla.

*(6) NOTA DEL AUTOR: todos sabemos que hay momentos en la vida en que algo ajeno se vuelve mágicamente nuestro. En este momento, los Adjetivos Posesivos abandonan el Mundo Literario y pasan a ser parte del Mundo Fantástico. Trenante hizo para siempre suya en ese maravilloso Momento a la Razón de Ser.


Así, el dragoncete y su Razón de Ser, abrieron un enorme abanico de oportunidades, y finalmente tomaron una decisión:

Trenante sería poeta. Dedicaría su inspiración a narrar las epopeyas de los dragones legendarios: de Altair en las montañas de Kalfax; de Inauín ante los Templarios en el Asia Menor; de Fuserión el Magnífico en la asolación de Belfax.



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Hoy Trenante es historia. Hace miles de años que dejó de existir, y junto con él su Razón de Ser.

Pero en la actual sociedad de dragones dorados, Trenante ocupa un lugar único como El Cronista de las más grandes epopeyas, de historias maravillosas de dragones que combatían con seres humanos únicos, contra poderosos paladines enemigos, pero no por ello enemigos indignos.

Trenante es hoy una leyenda literaria entre los dragones dorados del lejano mundo de Xinataí. Su Razón de Ser, aunque invisible y menos reconocida, murió orgullosa de haber cumplido con una inesperada pero maravillosa asignación.

Aquel Viento Circunstancial emitido hace muchas eras por el Hada Madrina de aquella desubicada Razón de Ser, documentó para siempre la vida de los orgullosos dragones dorados de aquel extraño Universo.

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