sábado, 26 de abril de 2008

La pretendida reivindicación de los bichos

Fue una asamblea normal, dentro de los cánones estipulados para cualquier manifestación popular notariada y legal, como nos indica la moderna democracia. Se dio el quórum pertinente. Todos los oradores dispusieron del tiempo necesario para exponer sus puntos de vista. El debate se dio. El secretario en turno –un ciempiés venenoso pero de verdad sabio- pudo levantar el acta sin mayores protestas de los asistentes.

Las arañas presentaron un frente común, defendiendo su derecho de morder a quien las molestase. Fueron muy aplaudidas, excepto por los insectos.

Los alacranes progresistas asumieron un punto de vista budista, que les permitía respetar su naturaleza venenosa sin ser criticados. Recibieron algunos silbidos de otros bicharrajos, pero conformaron una mayoría irrevocable.

Otras alimañas menos decorosas argumentaron discriminación y maltrato, pero igualmente fueron escuchadas. Las sabandijas y los gusanos panteoneros también recibieron aplausos y aprobaciones.

Hubo fricciones entre determinadas especies por problemas implícitos en la cadena alimentaria, pero la democracia finalmente resolvió todas las diferencias.

Todo iba bien, hasta que una manada de sapos irrumpió la reunión, y a lengüetazos acabó con la totalidad de los asistentes.

No hay comentarios: