jueves, 1 de mayo de 2008

El ombligo de Miriam

Pretendiendo ver las cosas con total objetividad, siempre creí que todos los ombligos humanos eran feos, o por lo menos la gran mayoría de ellos (incluyendo el mío, desde luego).

Estos “adornos” naturales para mí no eran más que nudos improvisados hechos a la carrera por una partera o por un médico especialista cuando nacía un ser humano. Después, con el paso del tiempo, estos espantosos amarres de tripas cambiaban de apariencia, aplanándose sobre el vientre de manera circunstancial. Definitivamente –pensaba yo- se trataba de una forma natural no muy elegante de recordarnos que alguna vez fuimos seres dependientes de una madre.

Todo este argumento se vino abajo ayer, cuando tuve la oportunidad, durante un maravilloso par de horas, de observar frente a mí el hermoso ombligo de una simpática mujer.

Hoy considero que mi vida se divide en dos grandes etapas: antes y después de conocer el encantador y sensual ombligo de Miriam.

4 comentarios:

Joice Worm dijo...

Soy mujer y me encanta mi ombligo. Pienso como vosotros que esta parte tan digna e tan especial de la mujer es también la más sensual e mas inspiradora. :-))

Joice Worm dijo...

Entonces, que ha pasado al escritor que después del ombligo, ya no se sentió inspirado?!

Legendario dijo...

Joice:

El escritor está más inspirado que nunca, pero muy ocupado en las selvas peruanas. Reiniciaré mis publicaciones en unos ocho días (23 ó 24 de mayo), en cuanto regrese a mi país.

Aprovecho para agradecer tu presencia en mis blogs.

Joice Worm dijo...

Yo lo espero escritor, se hubiera en este blog un contador de visitas lo veria que vengo aqui todos los días para ver lo que escribió más. (No soy de la lengua castellana, por eso, perdona los errores. Pero vivo en España. Me incribí en yo escribo e allí me encanté con sus cuentos!).
Que tenga un bueno retorno. Tengo dos lincks para tu blog en el mío. Llama-se Mexico I e México II, por no saber nada del escrito que me encanta.(jaja)