domingo, 14 de junio de 2009

El personaje no invitado


Fue concebido por un autor genial.

Era un villano de época, bien parecido, con facilidad de palabra y mil recursos, pero su maldad era tan grande que el escritor nunca le encontró cabida en ninguna de sus historias.

Un día, en un hermoso y romántico cuento que debía tener un final feliz, el malvado personaje, sin haber sido invitado a esa historia, se hizo presente.

Unos días antes de la esperada y magnífica boda entre el príncipe bueno y la bella princesa, con lo que acabaría felizmente el cuento, el malvado sedujo a ésta, quien cayó rendida a sus pies ante semejante gallardía y audacia. Huyeron del palacio y se perdieron en el bosque.

El príncipe bueno no soportó la pérdida de su amada princesa, y menos los terribles rumores de que había un cornudo en la corte, por lo que se suicidó colgándose del balcón principal del palacio.

La princesa enseguida quedó embarazada del apuesto malvado, quien la abandonó sin piedad en una mísera cabaña del bosque. Ella regresó a palacio para ser el escarnio de las damas de la corte, por lo que decidió morir desangrada en la tina de baño tras haberse hecho varios cortes en las muñecas.

El apuesto y perverso villano vive ahora oculto entre los párrafos de otras bellas historias del mismo autor, esperando el momento para arruinarle su final feliz.

5 comentarios:

Joice Worm dijo...

Ya había comentado con alguien que en la vida tenemos siempre el bueno y bien intencionado y los otros que so existen para estropiar las histórias más belas y criativas de la vida personal...

Besosssssssssssssss

Legendario dijo...

Así es, bella amiga: la vida está llena de bicharrajos.

Un abrazo.

Froiliuba dijo...

tipo mas malisisisimo. Lo malo o lo bueno es que sin estos personajes, la literatura no sería nada, es necesario un villano siempre para poder recrear la eterna lucha del bien y el mal.

Me gustó

bss

akane dijo...

Hola Legendario,

me ha encantado este relato. Tiene un punto de maldad muy certero.

Legendario dijo...

Saludos, akane.