lunes, 4 de febrero de 2008

Cómo reconquistar a una pompa de jabón prófuga




No es nada fácil reconquistar una pompa de jabón en una rosaleda en donde hay mucho viento, y sobre todo estando uno en un universo paralelo. Las pompas de jabón son muy sutiles, frágiles, fugaces, y a veces traviesas e inestables. Por eso son tan apreciadas.

Atrapar una mariposa nacarada es fácil, con una simple redecilla de seda de gusano dorado del Himalaya, pero la técnica para reconquistar pompas de jabón prófugas no está tan divulgada entre los duendes de las rosaledas. Apenas los más viejos la conocen, así­ que primero debo encontrar a un duende anciano dispuesto a compartirla.

Después -ya lo sé- tendré que recopilar los materiales inherentes, como es el algodón de azúcar, la miel de abeja color púrpura, el polen de flores azules del Amazonas, una antena de mariposa Urania (necesariamente de la subespecie irisada) y algo de paciencia que me debe prestar algún descendiente directo de Job.


Cuando todo esto esté listo, deberé buscar a la escurridiza pompa, que seguramente se mostrará esquiva, desconfiada, escondiéndose de mí debajo de algún rosal.


Una vez que la encuentre, la atraeré con el olor del algodón de azúcar. Ella vendrá -estoy seguro-, pues el dulce hilado es su debilidad. No sabe que quedará atrapada en la miel de abeja púrpura, ni que le arrojaré -una vez atrapada- polen de flores azules del Amazonas para enamorarla. La antena de mariposa Urania irisada la sedará algún tiempo para evitar que escape, y mientras tanto yo beberé, en cáliz de cristal de Bohemia, un trago de la paciencia de Job hasta que ella despierte.

Suena complicado, lo sé, pero me queda muy claro que ella no es cualquier pompa de jabón.

1 comentario:

es dijo...

Una de tus mas bellas historias... tierna y maravillosa historia de amor!